En la actualidad son cada vez más las personas que optan por llevar a cabo un modelo de dieta hiperproteica, convencidos de que será la vía más rápida y efectiva de perder peso, o bien para conseguir una ganancia de masa muscular.
Una dieta hiperproteica se caracteriza por una elevada ingesta de proteínas, procedentes sobre todo de alimentos de origen animal, disminuyendo el contenido de hidratos de carbono de la dieta. El éxito de estas pautas se basa principalmente en la mayor rapidez para perder peso sin pasar hambre, lo cual es cierto, al disminuir la ingesta de hidratos de carbono, el cuerpo utiliza nuestras reservas de grasa para obtener energía, y por eso adelgazamos más rápidamente.
Sin embargo, este desequilibrio en la ingesta de macronutrientes puede pasar factura si se aplica de forma regular y prolongada.
¿Cuáles son las consecuencias negativas de llevar a cabo este tipo de pautas alimenticias?
- El cuerpo se ve obligado a metabolizar más cantidad de proteína de la necesaria, y por otro lado a obtener la glucosa necesaria de otros sustratos, debido al limitado aporte de hidratos de carbono, lo que da lugar a la formación de cuerpos cetónicos. Esto implica una situación de cetogénesis similar a la que se produce en ayunos prolongados.
La cetosis conlleva una serie de efectos secundarios tales como nauseas, pérdida de apetito, halitosis, cefaleas, mareos, insomnio, estreñimiento…
- Los riñones deben realizar un sobreesfuerzo para eliminar los residuos de las proteínas a través de la orina, así como el hígado para metabolizar los nutrientes. Esta sobrecarga hepática y renal puede pasar factura a corto o largo plazo.
- El mal aprovechamiento de los macronutrientes puede dar lugar a enfermedades carenciales. Este tipo de dietas se caracterizan por la escasez de frutas, verduras, cereales y legumbres, lo cual se traduce en deficiencias a nivel de micronutrientes.
- El elevado catabolismo proteico también da lugar a un incremento del ácido úrico, y en consecuencia ataques de gota o problemas de cálculos renales.
- Disminución de la absorción de calcio, lo que podría aumentar el riesgo de sufrir descalcificaciones óseas.
No lo olvidéis, la mejor alimentación para conseguir todos vuestros objetivos es aquella en la que se incluyen de forma equilibrada todos los macro y micronutrientes.
Es por ello por lo que debemos poner el cuidado de nuestra alimentación en manos de profesionales de la materia, de dietistas-nutricionistas que nos ayuden a alcanzar nuestras metas primando la salud por encima de todo, marcando un ritmo adecuado para que se produzcan todos los cambios que se desean, y asegurando beneficios a corto y largo plazo.